domingo, 18 de octubre de 2009

SER TU MISMO

Sólo por un instante

Si sólo por un instante me olvidara que soy simplemente un hombre, no tendría la necesidad de mentir para hacer ver lo que en realidad no soy.

No tendría la necesidad de vestirme costosamente a la moda, de tener el último modelo de automóvil, computadora, TV flat plasma, teléfono celular con Internet mail, video, etc.

No necesitaría nada de esto para verme más realizado y lograr diferenciarme de los que no son tan importantes y capaces como creo ser yo.

No tendría la necesidad hacerme ver y hablar tanto como para demostrar a los demás la buena persona y lo instruido e inteligente que creo ser.

El hombre que ha alcanzado cierta sabiduría no mostraría su sapiencia si esta pudiese menospreciar al ignorante.

El verdadero sabio habla poco y cuando se le preguntan, puesto que sabe que es esclavo de lo que dice y dueño y señor de lo que calla, nunca esgrime su inteligencia como lo hace el pavo real con su cola y no necesita demostrar que es sabio porque sabe que en realidad lo es.

Si sólo por un instante me olvidara que soy simplemente un hombre no necesitaría enojarme, cuando las circunstancias no estuviesen a la altura de mis expectativas.

Comprendería que la ira es una respuesta condicionada por mi falta de crecimiento interior y la pequeña visión que poseo de la verdadera realidad.

Dejaría de echarle la culpa a las pobres condiciones y oportunidades que se me han presentado en la vida, cuando creyendo tener las más altruistas intenciones, no pude lograr mis más anheladas metas

Si sólo por un instante me olvidara que soy simplemente un hombre, dejaría de echarle la culpa de mis fracasos a los demás y me observaría un poco más detalladamente, para intentar comprender mi parte de responsabilidad en las situaciones que me conducieron al puerto no deseado de cada uno de mis fracasos.

No seguiría intentando comprender al mudo y intelectualizando a Dios cuando apenas me comprendo un poco a mí mismo.

No me entregaría tan fácilmente al miedo ni me sentiría tan desafortunado cuando analizando los pensamientos, palabras y obras centradas en el engaño, el egoísmo y el desamor que precedieron a mis miedos, caigo en la cuenta de haber sido sólo yo el que los gestó.


Si sólo por un instante me olvidara que soy simplemente un hombre, entendería que soy parte de una raza humana que le teme a la muerte y paradójicamente la busca, generando conflictos y guerras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario