La ira 1°parte
Si consigues desapegarte de la ira habrás alcanzado uno de los mayores logros en el camino espiritual.
De todas las pasiones humanas, la ira es la que está siempre disponible; no es preciso que cumplas ningún requisito previo para obtenerla.
Hasta la envidia requiere una cierta preparación: debes conocer algo del otro para poder envidiarlo. Así también, debes poseer algo para ser avaro.
Con la ira no ocurre eso; puedes enojarte con alguien sin saber nada sobre él, sin
conocerlo siquiera.
Puedes no haber estado enojado en absoluto, un minuto antes de un estallido de ira; te acomete en cualquier lugar, hora, circunstancia.
Esta emoción está siempre allí, esperando ser convocada.
Tanto es así que hay personas que se destacan por su carácter irascible; los demás dicen: ella es así
.Ella no es así, sino que aprendió a ser así, fue perfeccionando esa conducta hasta convertirla en una destreza.
La ira es una respuesta aprendida.”
El primer paso para desapegarte de la ira es convencerte de que ésta es una emoción, a todos los fines inútiles.
Contrariamente a lo que la mayoría supone, el enojo no cambia nada. El enojo no aclara, no resuelve, no propicia, no evita ningún hecho o circunstancia. Sólo sirve para pasar un mal rato y desperdiciar tu energía.”
“Cuando te enojas “pierdes los estribos”,esto es, ya no eres dueño de manejar las riendas ni de asentarte sobre tu cabalgadura. Quedas a merced de una parte de ti mucho más pobre que tú mismo, que sin embargo te domina y te lleva a donde luego te arrepentirás de haber llegado.”
“Al enojarte dejas asomar el antepasado violento que quizás empleaba su furia para ahuyentar alguna fiera o para defender su territorio. Pero tú ,¿para qué la usas?.¿Cuál es la fiera a la que tratas de ahuyentar? ¿Cuál es el territorio que se te arrebata? En ese momento tu mismo te transformas en una fiera.”
“Cuando la ira hace presa de ti el único impulso que te guía es el de la agresión; quieres dañar, romper, desquiciar. Pero el desquicio está en la mente del que concibe tal acto; te dañas a ti mismo desde el momento en que dejas crecer en ti la furia destructiva.
No puedes dar lo que no tienes: si lastimas a otro, primero debes estar tú lleno de lo que produce dolor. Algo así no es bueno para nadie, no es bueno para ti, que estás intentando un camino espiritual.”
Desde el momento en que decidas dar rienda suelta a tu enojo, toda tu biología te acompañará.
Tu cerebro, que no conoce de valores, que no discrimina entre el bien y el mal, dará las órdenes precisas para volcar en tu sangre todas las sustancias que necesitas para tener un magnífico ataque de ira.
Si lo deseas, llegarás hasta el agotamiento, la inconciencia o la locura. Con esto quiero llamar tu atención sobre un hecho esencial: la ira comienza como una emoción que es apenas una señal de alarma, y se transforma luego en una respuesta global muy compleja, de muy difícil manejo. La opción es clara: o la cambias cuando apenas se inicia, o la ira hará presa de ti, ya sin remedio.”
De lo anterior puedes inferir que te es preciso conocerte para identificar, sin lugar a dudas, tus procesos internos; el timón del barco que transporta tus emociones debe estar en tus manos, de lo contrario quedará a la deriva, a merced del oleaje de los estímulos.
En una situación así, el desastre es lo más probable.
No hay motivo ni razón que te libere de esa responsabilidad sobre ti mismo; si no te haces cargo de dirigir tus emociones, retrocederás en lugar de avanzar en el sendero espiritual.
Quién no se gobierna a sí mismo no puede comprometerse en ningún logro trascendente. ¿Cómo podría prometer algo el que no puede confiar en su propia reacción ante los desafíos del mundo?.”
La ira 2 °parte
“En lo profundo de ti jamás estarás satisfecho de haber dado rienda suelta a tu ira. Miente el que se vanagloria de haberse enojado, de lo contrario no se justificaría.
Es difícil encontrar a alguien que, habiéndose enojado, no se justifique después.
Eso muestra que se avergüenza de sí mismo, de su descontrol; entonces explica una y otra vez el episodio, busca el consenso de quienes lo escuchan; lo obtiene, pero no queda satisfecho.
Los amigos le dicen “estuviste muy bien”, para ayudarlo, pero ellos tampoco se han sentido cómodos. Lo estimulan, pero no lo admiran. Al débil de carácter no lo admira nadie.”
“Cuando adviertas que la ira está a punto de hacer presa de ti, pregúntate para qué te enojas, no “porqué”,eso está claro; te enojas porque dijeron o hicieron algo que te molestó, o no apruebas, que te hiere u ofende, descalifica o ridiculiza, no importa.
El tema es para qué usas la respuesta del enojo. ¿Lo haces para asustar y promover así un cambio, por el temor?.Pregúntate, en ese caso, si el cambio será genuino.¿Te enojas para que el otro calle?.Podrá callar, pero eso no cambiará sus ideas.¿Eliges la ira para arruinarle el día al otro?.Te lo arruinas a ti mismo.
Indaga profundamente en tu interior; ¿es otra emoción la que suscita tu ira?.¿La usas para tapar tu miedo?.Si te das cuenta cual es el objetivo de tu ira, puedes alcanzarlo igualmente pero cambiando de recurso, eligiéndolo entre los muchos que posees y que tu Poder Superior te ayudará a desplegar.”
“Advierte en ti ese vuelco hacia la ira, y no le des cabida ni un momento .Afloja el cuerpo en ese mismo instante, cambia el ritmo de tu respiración,traga saliva,fórjate una imagen que te ayude a demorar tu respuesta,desvía tu mirada de aquello que provoca tu enojo,cambia de posición,cierra los ojos,repite un Mantra o invoca a tu Maestro o a tu Poder Superior.
No te esfuerces,aflójate y déjate llevar por el nuevo estímulo.Esto bastará para que no te enojes; luego puedes elegir responder o marcharte,ya no importa.Lo esencial es que aprendas a transformar tu ira en una respuesta que no sea lesiva para tí,de la que puedas obtener una creciente sensación de poder y gobierno sobre tus emociones,lo cual no significa no sentir.
Manipular tu ira es no dejarte alienar por ella,nada más.”
“Así poco a poco irás notando que puedes mirar desafectadamente aquello que antes te ponía furioso; advertirás que el enojo es en realidad una alternativa poco sabia que bloquea tu comprensión y tu conocimiento.Aprenderás a desarollar el buen humor,la ecuanimidad,la compasión.Dejarás de sentirte ofendido por los demás y sus opiniones
sus equivocaciones y sus conductas.Dejarás que cada uno sea como es,sin pretender que nadie se acomode a tu persona,ganarás en paz interior,en armonía,en salud.”
“El desapego se logra cuando puedes verte en una situación de enojo,y mirar a tu ira pasar de largo sin quedarse,apenas como una opción que sabes que no eliges ni añoras ni lamentas,simplemente sabiendo que pudo estar allí pero que ya no está,mientras disfrutas sin cesar de ese contento inalterable que es la medida de tu fe y de esa libertad que conquistaste caminando por el mundo de la mano de Dios.”
“Cuando te indico que no cedas a la ira no te estoy proponiendo que te reprimas o te engañes sobre ti mismo.
Dí lo tuyo,defiende tu lugar,reclama tus derechos,expresa tus ideas,opina,afirma,disiente pero no te enojes.La expresión de la ira no se da sólo hacia afuera,actúa también hacia adentro.De lo contrario,sería muy fácil sacarse el enojo de encima y quedar muy bien.Esto no es así.
El enojo te llena de enojo,te lo das a tí tanto como se lo das a los demás.”
“Hablan de que no es bueno reprimir.Por supuesto que no es bueno.No reprimas.
Si adviertes a tiempo que estás por enojarte y cambias la cualidad de tu emoción,no generas enojo,ya no hay ira allí,por lo tanto tampoco hay nada para reprimir.¿lo ves? Reprimes cuando la ira ya se instaló en tí,hierves de furia pero no lo expresas.
Mi propuesta es que no generes el enojo,que es lo mismo que decirte: no te debilites.”
Cuando amas a alguien ese amor te nutre al mismo tiempo que sale de tí y se proyecta.
Cuando amas fabricas amor,te llenas de amor,enriqueces tu espíritu.Por eso repito:no te enojes,nada en el mundo justifica que te trates así.”
sábado, 17 de octubre de 2009
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